Técnica Alexander

“La esencia misma del cambio requiere ponerse en contacto con lo desconocido.”

F.M. Alexander

violeta winograd tecnica alexander 2024
Si querés saber un poco más sobre la Técnica Alexander podes escuchar estas dos entrevistas:

¿Qué es la Técnica Alexander?

La Técnica Alexander es una técnica de reeducación psicofísica que nos permite mejorar el uso que hacemos de nosotrxs mismxs. Con la ayuda de la guía verbal y la observación a través del contacto de las manos de la profesora, podemos reconocer ciertos hábitos que tienden a interferir con el funcionamiento general del organismo y permitirnos soltar o «dejar de hacer» las tensiones innecesarias, mejorando indirectamente nuestro funcionamiento general y restableciendo la fiabilidad de nuestra apreciación sensorial. Un uso eficiente de nosotrxs mismxs, libre de hábitos automatizados y reacciones inmediatas, abre la posibilidad a nuevas experiencias y es una influencia positiva constante en el funcionamiento del organismo.

Las clases

Las clases de Técnica Alexander son individuales y duran alrededor de 45 minutos. Utilizamos procesos simples y cotidianos como sentarse, pararse, acostarse o alguna otra actividad familiar, para poder hacer foco en la manera en la que nos usamos habitualmente. La profesora acompaña al alumnx y utiliza sus manos como una herramienta mas de observación y para transmitirle las experiencias sensoriales y las direcciones que se requieren para deshacer tensiones y acortamientos innecesarios. Con la ayuda a la vez de ciertas instrucciones verbales, nos volvemos cada vez más conscientes de los hábitos que nos interfieren y aprendemos de a poco a dejarlos ir, permitiendo una mayor eficiencia, coordinación y soltura en nuestra manera de funcionar. En este proceso, síntomas, dolencias o malestares específicos tienden a desaparecer.

Por qué hacer Técnica Alexander

El cuerpo es un instrumento; el instrumento a través del cual vivimos y que es capaz de finas y sutiles percepciones. Este instrumento ha sido dañado y distorsionado de maneras muy poco consideradas hasta que Alexander empezó a enseñar. Esta entorpeciéndose, volviéndose pesado e incapaz de tener un comportamiento sensible, a causa de la tensión excesiva y el ruido interno resultante al que esta sujeto.

La forma que adquiere este “mal uso”, conlleva al mismo patrón general en todas las personas. Invariablemente, los músculos del cuello están contraídos de más perdiendo así la libertad en la relación de la cabeza con la columna. Esto trae aun más contracción en algunos de los músculos del tronco y perdida del tono necesario en otros de los músculos que soportan el cuerpo. El resultado es la exageración de las curvas naturales de la columna y una presión dañina entre cada vértebra y en las articulaciones, acompañado con el trabajo excesivo de las extremidades que altera su relación con el tronco.

En pocas palabras, el trabajo de soportar el cuerpo esta mal distribuido, la forma del cuerpo distorsionada e importantes funciones como la respiración, circulación sanguínea y digestión trabajan de manera insuficiente y bajo mucha presión.

Otra manera de decirlo, es que el equivocado principio general con el cual hacemos uso de nosotros mismos es que cada parte del cuerpo esta siendo contraída hacia la articulación más cercana, comenzando con la contracción de la cabeza hacia el tronco, como si cada uno de nosotros intentara ocupar la menor cantidad de espacio posible.

Extracto de «The Teaching of F.M. Alexander» por Marjory Barlow.

Para quien es la Técnica Alexander

La Técnica Alexander puede ser de ayuda en infinidad de facetas, tantas como personas hay. No se basa en tratar una dolencia específica, pero a través del proceso de aprender como cambiar los hábitos que nos perjudican, los beneficios terapéuticos pueden ser considerables. Mucha gente acude a un profesor de Técnica Alexander por problemas físicos: Dolor de espalda, cervicales, escoliosis, tartamudez, afonía o desordenes en la respiración, sólo por nombrar unos pocos; pero otras personas acuden por simple curiosidad, para descubrir algo de ellos mismos en un deseo de desarrollo personal. En cualquier caso, sea cual sea el problema o la patología, el proceso es siempre el mismo: Mejorar del «uso» general de la persona para que los «síntomas particulares» tiendan a desaparecer.

Extracto de «On categorazing the alexander Technique» Por: Walter Carrington.

Formarse como profesor(a) de Técnica Alexander

Alexander usó un reconocido conjunto de prácticas y procedimientos en su enseñanza para transmitir el significado de sus principios a lxs alumnxs. Las formaciones de profesores avaladas por AAPTA (Asociación Argentina de Profesores de Técnica Alexander) u otra asociación internacional perteneciente a ATAS (Alexander Technique Affiliated Societies), conservan estos principios en el corazón de su plan de estudios ya que los considera, todavía, la forma más confiable de comunicación de los aspectos esenciales del aprendizaje.

El mayor énfasis está puesto en el desarrollo del propio uso del profesor(a). El método práctico de enseñanza es en forma de espiral en el cual lo esencial de la disciplina es presentado desde el inicio y los alumnos revisan continuamente la práctica y los conceptos para seguir profundizando su conocimiento, comprensión y habilidad. Quienes se forman como profesores se comprometen a un proceso continuo de cambio en sí mismos, sutil y complejo, por el cual asimilan progresivamente el trabajo de Alexander integrándolo a sus propias vidas. Esto brinda la calidad que es necesaria en el propio uso para comunicar luego esa experiencia a otra persona.

Tomarse el tiempo para que este proceso ocurra es esencial en la formación de los profesores.

En Argentina, la única escuela de formación aprobada es la Escuela de Técnica Alexander de Buenos Aires (ETABA), Etaba comenzó sus actividades en Marzo del año 2006. La formación consta de un mínimo de 1600 horas de clase, distribuidas en 3 trimestres (35 semanas) por año durante tres años, los días lunes de 11.00 a 15.00 y de martes a viernes de 9.00 a 12.30hs. Durante estas tres horas y media lxs alumnxs reciben “turnos” que son clases individuales de corta duración (entre 10 y 15 min.), trabajan en grupos reducidos de dos a cuatro alumnos, y en este proceso, son guiados por un profesor para desarrollar el uso hábil de las manos en la técnica. Hay un tiempo diario para trabajar sobre unx mismx y otro momento de la mañana para trabajar en el encuentro grupal (máximo 16 alumnxs) donde se leen y analizan los libros escritos por F.M. Alexander junto con otros artículos y materiales referidos a la técnica, incluidos fundamentos de anatomía y fisiología. 
Cada día exploramos un “procedimiento” particular, generalmente relacionado con el desarrollo evolutivo del movimiento, o bien trabajo vocal u otras aplicaciones de la técnica a una actividad en particular.

Qué no es la Técnica Alexander

Como profesores de Técnica Alexander, nos haríamos un favor si permitiéramos ser clasificados como terapeutas o sanadores y no dejáramos bien claro que no somos nada de esto. Es verdad que en el proceso de enseñanza usamos nuestras manos -en el sentido literal de la palabra- pero no debemos ser calificados como terapeutas. Nuestro propósito al usar las manos es inicialmente detectar qué es lo que le pasa al alumno. Las utilizamos como una ayuda más a la observación de su forma de usarse para poder determinar si hay excesiva o insuficiente tensión muscular, si las articulaciones están bloqueadas o libres o si el alumno está acortando su estatura. Finalmente, las usamos para transmitir las experiencias sensoriales y las instrucciones (o direcciones) que se requieren, al tiempo que explicamos el sentido de las palabras que usamos durante la clase. Así, tal como hemos argumentado al principio, sería un error que nuestro trabajo fuera interpretado como una terapia alternativa o una técnica manipuladora.

Extracto de «On categorazing the alexander Technique» Por: Walter Carrington

La Técnica Alexander: Un método educativo

Se debería considerar la Técnica Alexander como un método educativo; un proceso que conlleva al mismo tiempo una reeducación física y mental y cuyo objetivo final es la enseñanza de una técnica práctica sobre cómo ayudarse a sí mismo. Aprender la técnica Alexander implica aprender a percibir mejor nuestro cuerpo y usarlo mejor, con más eficacia y soltura para reorganizar paulatinamente los patrones de movimiento del organismo.

Es verdad que en el proceso de enseñanza usamos nuestras manos -en el sentido literal de la palabra-. Sin embargo, nuestro propósito al usar las manos es inicialmente detectar qué es lo que le pasa al alumno, como una ayuda más a la observación, y para finalmente transmitir las experiencias sensoriales y las instrucciones (o direcciones) que se requieren, al tiempo que explicamos el sentido de las palabras que usamos durante la clase.

Extracto de «On categorazing the alexander Technique» Por: Walter Carrington

La Técnica Alexander para el embarazo y el parto

«EUTOKIA es una palabra griega que significa «parto feliz» y que ha sido adoptada por Ilana Machover (monitora de preparación prenatal para el National Childbirth Trust de Inglaterra, profesora de Técnica Alexander y Doula), para describir la aplicación de la Técnica Alexander al periodo del embarazo y el proceso del parto».

Eutokia es un método de preparación psicofísica para el embarazo y el parto, utilizando los principios de la Técnica Alexander. Está dirigido a todas las mujeres embarazadas de mas de tres meses y es un elemento extremadamente útil para acompañar el proceso general del embarazo y el parto, y poder dar soporte a todos los cambios que esto implica. Las clases suelen ser individuales pero también está la opción de trabajar con la pareja.

«El parto es un proceso involuntario extremadamente sutil que puede ser fácilmente interrumpido por interferencias externas diversas. La madre no puede controlar de forma directa su sistema nervioso o su equilibrio hormonal, y cualquier esfuerzo por hacerlo será contraproducente.»

A través del trabajo con la Técnica Alexander, los recursos desarrollados durante los meses de embarazo nos serán útiles tanto para el momento del parto como para la nueva vida que iniciamos con la llegada del bebe. A su vez, mantener un «buen uso» va a contribuir a una buena recuperación del parto, ya sea natural, asistido o por cesárea.

Individuo y sociedad

El mal uso que hacemos de nosotrxs mismxs tiene una relación directa con todas las ideas y creencias establecidas socialmente sobre lo que «debería ser». Las exigencias comienzan desde muy chicxs con expectativas y teorías sobre lo que está bien y lo que no, y nos estimulan a buscar resultados y perseguir fines sin tener en cuenta los «medios por los cuales» llevamos adelante nuestras acciones. En la escuela primaria celebramos la caligrafía de lxs niñxs, pero no prestamos ninguna atención al esfuerzo psicofísico que ejercen sobre sí mismxs para lograr el objetivo. Aprendemos y predicamos, que sin esfuerzos no hay logros, y las actividades más maravillosas, como hacer música o jugar un deporte se han vuelto terrenos de excesos de tensión, competitividad, inseguridad, frustración y hasta enfermedad.

Todxs queremos hacer las cosas «bien» pero, como dice Alexander, nunca nos tomamos el tiempo para considerar si nuestra idea de lo que está bien, está bien.

Perseguir fines a costas de nuestro propio bienestar parece estar dado por sentado, y emprendimos una carrera de productividad sin fin que no solo nos aleja de la posibilidad de disfrutar la plenitud del momento presente sino que además tiene consecuencias nocivas sobre nosotrxs y nuestro medio ambiente.

La Técnica Alexander propone parar con el empuje, el sobre esfuerzo y el abuso de nosotrxs mismxs, y nos lleva a cuestionarnos las creencias más arraigadas e inconscientes. En las clases, no aprendemos a hacer las cosas «bien» sino que simplemente reconocemos lo que está de más para dejar de interferir con nuestros procesos vitales y nuestra relación saludable con el medioambiente. Nos invitamos a priorizar nuestro bienestar e integridad psicofísica por sobre las exigencias excesivas y autoimpuestas. Una nueva manera de ver el mundo, y de estar en él, emerge indirectamente a medida que recuperamos nuestro espacio y nuestra coordinación. Disfrutar de cualquier actividad y del mero hecho de estar ahí donde estamos es imposible si no estamos comodxs en nuestra propia piel.

Conclusión

La Técnica Alexander es un método práctico que nos enfrenta a nuestros hábitos de una manera directa y simple. Dándonos espacio, abrimos la posibilidad a un nuevo uso de nosotrxs mismxs, más libre y eficiente, mejorando nuestro estado psicofísico general. El alcance del trabajo solo encuentra los límites que uno mismo le de. Una nueva experiencia concreta y tangible transforma nuestra manera de ver y de percibir el mundo, y por ende, un cambio radical dentro de nuestra sociedad. Como dijo Gandhi: «Deberíamos ser el cambio que deseamos ver en el mundo».

F.M. Alexander

F. Matthias Alexander era australiano, Nació en la población de Winyard (Tasmania), en 1869. Fue un niño precoz pero de salud delicada, muchas veces afectada por problemas respiratorios.

A los veinte años se trasladó a Melbourne donde empezó sus estudios como actor. Al poco tiempo, ganó una excelente reputación produciendo obras teatrales. Sin embargo su carrera como actor se vio afectada por una excesiva facilidad a quedarse ronco y a perder la voz durante su actuación.

Después de varios intentos fallidos de remedios que solo funcionaban mientras dejaba de usar su voz, Alexander su dio cuenta de lo que fue la primer gran genialidad de una larga lista. Entendió que él mismo podía ser la causa de su problema, y que podía estar lastimando sus órganos vocales de una manera que le era hasta el momento desconocida.

A partir de este momento y con la ayuda de tres espejos, se embarcó en un proceso de auto-observación y experimentación que duró varios años, y que le llevó a descubrir varios principios fundamentales de nuestra organización psicofísica. Desarrolló así, un método que no sólo le devolvió la voz sino que demostró tener un alcance mucho mayor en el mejoramiento general del uso de si mismo.

Durante ese tiempo continuó con su vida de actor, pero empezó también a aconsejar a los demás su técnica singular. Enseñó en Melbourne y en Sydney, donde durante cuatro años fue el director del Conservatorio Dramático y de Opera. En 1904 viajó a Londres para dar a conocer su técnica.

En Londres los actores acudieron en masa para que les diera clases y se convirtió en una especie de “protector” del teatro londinense. Entre sus alumnos figuraban actores famosos como Henry Irving y Viola Tree, y otros personajes conocidos de la época como Aldous Huxley, George Bernard Shaw, Sir Stafford Cripps y más tarde, en EE.UU., John Dewey.

En 1930, fundó la primera escuela de formación de profesores.
A los setenta y nueve años sufrió una apoplejía que paralizó el lado izquierdo de su cuerpo. Pero gracias a su técnica, recobró el control de éste en menos de un año y continuó enseñando hasta su muerte, en 1955, cuando contaba con ochenta y seis años.

Alexander elaboró sus ideas a lo largo de un período de casi sesenta años. A medida que su experiencia en la enseñanza crecía, fue ampliando y refinando el marco teórico de su técnica. En el transcurso de estos años publicó cuatro libros, “La Herencia Suprema del Hombre”, “Control Consciente y Constructivo del Individuo”, “El Uso de sí Mismo” y “La Constante Universal de la Vida”.

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