Sobre mi
«Las experiencias personales, muchas veces desestimadas por nosotros mismos resultan naturalmente significativas para muchos otros.»
Raymond Dart

Nací en Buenos Aires, Argentina, en 1980. Empecé a tomar clases de Técnica Alexander en el año 2000 y me formé como profesora en Amsterdam, Holanda entre el 2003 y 2006 en la escuela de Arie Jan Hoorweg. Cuando conocí la Comunicación Noviolenta, en el 2008 de la mano de Jacob Sluijter, mi imagen fue como si estuviera escuchando a alguien que no era profesor de Alexander hablar de los principios de la TA, con otro vocabulario, completamente novedoso para mí.
Desde entonces vengo viajando, explorando y entrecruzando estos mundos. A veces más en paralelo, desde la TA hacia la CNV y/o desde la CNV hacia la TA. Creo que en parte busco un lenguaje común, como si quisiera sintetizar ambas perspectivas en una sola, pero a veces se me presentan tan distintivas como exponencialmente complementarias. Como si el entendimiento de una de ellas le sacara brillo a la otra, sin tener que negociar un punto en común. Dos herramientas completas en sí mismas, potenciadas por la existencia de la otra.
En este momento dirijo la escuela de formación de profesores de Técnica Alexander en Buenos Aires, y facilito talleres introductorios, grupos de práctica de CNV y acompaño a personas con experiencia que quieren empezar a facilitar sus propios talleres.
Co creé el Centro de Técnica Alexander de Buenos Aires y el evento anual residencial «Fuera de lo conocido», e impulsé desde el 2010 la asociación civil y espacio cultural Oihoy Casa Abierta, desde donde sigo construyendo colectivamente una plataforma de acciones colaborativas, e imaginando y experimentando cómo trabajar de una manera horizontal y autogestiva que fomente el desarrollo grupal e individual.
Durante la pandemia conocí las organizaciones TEAL y (nombradas así por Fréderic Laloux en su libro “Reinventar las organizaciones”), La Sociocracia, La Holacracia y todas las formas sistematizadas de autogestión colectiva. Me formé en la Academia de sociocracia de “SOPRA, sociocracia práctica” en el 2022 y vengo integrando este aprendizaje en todas las organizaciones de las cuales formo parte.
Valoro muchísimo poder trabajar integradamente con estas prácticas que son infinitamente valiosas para mi.
Durante el 2023 armé un nuevo grupo de gestión: Puente CNV. Nuestra misión es ser Puente entre personas, instituciones y organizaciones, y facilitadores de CNV que a través de talleres, consultorías y acompañamiento empático puedan acercar este lenguaje como herramienta para potenciar la conexión propia y con lxs demás, atravesando con mayor conciencia los conflictos emergentes.
Durante ese mismo año escribí un libro editado por Urano: “Más allá de los hábitos”. El libro es un viaje espiralado que se propone, en primera instancia, honrar cada una de estas prácticas y sus principios fundamentales. A la vez, nombrar sus similitudes y conexiones desde una integración personal basada en el trabajo diario y en la desarticulación de mis propios hábitos y sistemas estáticos de creencias.
En el 2024 comienza una nueva propuesta: un programa de aprendizaje y profundización en Comunicación Noviolenta. Un recorrido de exploración contenido por una estructura flexible en el cual podés elegir tu propio camino. Un programa diseñado para adentrarse profundamente en el mundo de CNV, nutrido por los principios de la Técnica Alexander y la práctica de la sociocracia.
Mi Historia
Cada historia es única y en eso mismo inspiradora o novedosa para los demás. Cada experiencia es singular como lo es la manera de contarla. Elegir compartir mi historia y mi mirada sobre la TA y la CNV satisface dos grandes necesidades. Una es la de claridad. Observarme a mi misma, mi experiencia hasta hoy y elegir ordenar esa experiencia en una secuencia coherente para transmitir a otros, me es a la vez un desafío y un estimulo. Por otro lado, creo que nuestro aprendizaje depende de nuestras interacciones, con el medio ambiente y con los otros seres que lo habitan. Escuchar los caminos recorridos de otra persona que no soy yo siempre va a sumar algo novedoso a mi propia experiencia de vida. Asi que podría decir que el otro motor para la creación de este relato es mi anhelo de compartir y contribuir con el aprendizaje de los demás.
La falta de espacio como consecuencia del “deber ser”, “deber hacer”
Creo que como muchos otros seres humanos de esta era, padecí en alguna dimensión la cantidad de cosas que durante mi niñez y mi juventud “tenía que hacer”, o “debía hacer”. La escolaridad tradicional como la conocemos no contempla por lo general el “deseo” o genuino interés de los niños por aprender y descubrir las maravillas de este mundo, sino que pareciera que la imagen de la enseñanza tiene más que ver con que si no se lo estimula, si no se le explica y se les dice lo que tienen que hacer, los niños no tendrían suficientes herramientas para guiar la exploración de su aprendizaje. Esto muchas veces trae como consecuencia una desconexión con la motivación natural de los niños, entonces además del esfuerzo descomunal que requiere hacer eso que no tenemos ganas de hacer, vamos perdiendo la conexión con el deseo de lo que sí nos gustaría hacer. Por suerte esta mirada en la educación está en proceso de cambio, pero en relación a mi propia experiencia escolar, sentí incomodidad y agobio por los “quehaceres” cotidianos que mis profesores y maestros pretendían de mí y un creciente desgano por todo tipo de actividad.
El recuerdo de mi sentir al terminar la escuela era de apatía y desinterés, que después entendí que estaba completamente avalado y sustentado por la desorganización de mi organismo, la falta de soporte de mi columna y la falta de dirección en el sostén de la cabeza. Por alguna razón, también convivía en mí una sospecha, una pregunta, y un recuerdo, de que seguramente yo era capaz de interesarme, de desear e incluso de apasionarme por alguna disciplina o actividad, pero a pesar de tener el aval de mi entorno y el soporte económico para elegir cualquier rumbo, simplemente no sentía interés.
Curiosidad sobre la capacidad de desear y el anhelo de contribución con el bienestar de los demás
Tenía muchas ganas de apasionarme por algo, de encontrar un claro y profundo sentido en mi vida que me fuera significativo. Dentro de esa esfera, se incluía mi genuino interés social. Cualquier cosa que fuera significativa para mí, debía incluir la contribución con el bienestar de los demás. Me sentía a la vez privilegiada por las circunstancias de mi vida, e incómoda por saber las desigualdades de la sociedad de la que formaba parte. Me sorprendía que hubiéramos llegado a esto que somos como sociedad, como humanidad y fantaseaba con cómo se verían otros sistemas sociales, otras maneras de pensar y funcionar que contribuyeran con una mayor conexión entre las personas y un mejor funcionamiento como sociedad.
1998. La antropología, y la pregunta sobre mi propio condicionamiento social
Desde ahí me interesé por la Antropología. Quería saber de otras lógicas, otras culturas, otras sociedades que pudieran brindarme una visión más clara de cómo funcionaba la mia. Me parecía obvio que si yo era parte de un sistema, probablemente no iba a ser fácil reconocer todas las sutilezas del funcionamiento del mismo, y no había forma de pensar en uno diferente sin reconocer hasta que punto estaba inmersa en el mio. Los años de facultad no fueron muchos, porque si bien sacaba muy buenas notas no encontraba respuestas a mis preguntas ni entusiasmo en estar ahí. Anecdóticamente, la única vez que me interesé por un tema, e hice un trabajo y un desarrollo propio de una materia que me había estimulado, fue la única vez que tuve una mala nota por estar fuera de tema. Ese fue el día que deje la facultad.
2000. El encuentro con la T.A. y el descubrimiento de la libertad. Formación en Holanda 2003/2006
Como consecuencia de mi falta de soporte estructural, sufría desde muy joven de dolores de ciática. Estaba convencida que si tenia esos dolores algo debía estar haciendo mal, y así fue como comencé a tomar clases de T.A. La verdad es que no entendía mucho que era lo que pasaba en las clases, pero salía de ahí con una sensación de liviandad y comodidad que nunca antes había experimentado. Era tan fascinante como experiencia que pasé a tomar hasta 3 clases individuales semanales. Era lo único que realmente tenia “sentido” para mi en esos tiempos y disfrutaba profundamente estar a gusto conmigo misma cuando salía de las clases.
En esa época también la música era parte de mi vida, y tocaba percusión en algunos grupos. El cambio que atravesé en mi relación con el instrumento gracias a las clases de Técnica Alexander fue sorprendente y muy notorio. Imaginar que yo también podría contribuir con el bienestar de los demás de esa manera me motivaron a viajar a Holanda a formarme como profesora. Tenia 22 años cuando me fui.
Los 3 años de formación los recuerdo con mucho amor. Llegué a la escuela sin tener la menor duda de que ahí quería estar y disfrute de cada minuto. Las incertidumbres, preguntas, malestares y angustias que me habían acompañado hasta ahí parecían disiparse poco a poco mientras recuperaba el largo de mi columna y el soporte general de mi estructura. Termine la escuela llena de confianza y con ganas de compartir el trabajo con cuanta persona se acercara. Empecé a dar clases gratis, pagas, a amigos, parientes, y cualquiera que se mostrara interesado. Sentía entusiasmo y claridad de que estaba contribuyendo con el mundo de una manera coherente y significativa. Me sentía Feliz.
2006. ETABA, Escuela de Técnica Alexander Buenos Aires
Cuando volví a Argentina en el 2006, recién había empezado la primera Escuela de formación de toda Latinoamérica: ETABA. La dirigía Merran Poplar, quien había sido profesora mía en Holanda y a quien quiero y admiro mucho. Volví y me sumergí en la escuela de acá ya como profesora, luego asistente de dirección, co directora y finalmente asumiendo desde el 2018 la dirección general. Es un honor y un privilegio poder formar profesores en un trabajo que tanto significado tiene para mi. En estos años de escuela, ya se han graduado 50 profesores de Técnica Alexander, y hemos recibido muchísimas visitas de profesores extranjeros de gran trayectoria que han nutrido nuestra formación y la práctica de la TA en la Argentina en general.
2008. CETABA, Centro de Técnica Alexander Buenos Aires. El encuentro con la CNV y la fascinación por la conexión con la TA
Juntas con Merran fundamos en el 2008 el Centro de Técnica Alexander Buenos Aires, donde por muchos años funcionó la escuela y fue un espacio de pertenencia de toda la comunidad de profesores que iba creciendo poco a poco. Fue en ese contexto en el que en el 2009 nos visitó Jacob Sluijter por primera vez. Jacob, más conocido como Jaap, fue la primera persona que escuché hablar de la CNV. Mi imagen fue como si estuviera escuchando a alguien que no era profesor de TA hablar de los principios de la TA, con otro vocabulario, completamente novedoso para mi. Jaap conoció la CNV dentro del mundo Krishnamurti. Después me di cuenta que su manera de abordar la CNV está muy influenciado por las enseñanzas de Krishnamurti y creo que fue en parte por eso que llamó tanto mi atención y se vinculó tan fluidamente con las preguntas existenciales que me habían llevado hacia la TA en un primer momento.
2009. Fuera de lo conocido, evento con 12 años de trayectoria
Desde entonces, vengo viajando, explorando y entrecruzando estos mundos. A veces mas en paralelo, a veces desde la TA hacia la CNV y a veces desde la CNV hacia la TA. Juntos, con Merran y Jaap empezamos a organizar un evento residencial anual, cada Semana Santa desde el 2008, con el foco de aplicar y compartir esas tres líneas de exploración en un mismo espacio/tiempo. Este evento se llama “Fuera de lo conocido” y ya lleva mas de 12 años de trayectoria. “Fuera de lo Conocido” fue el nombre que logramos poner que unía esas tres perspectivas en un mismo concepto. Fue un desafío no usar el mismo nombre para nombrar este curso, ya que en mi manera de pensarlo tiene una gran afinidad con esta propuesta vivencial que llamamos “Fuera de lo conocido”.
2010. Oihoy espacio cultural como consecuencia del reconocimiento de la necesidad de participación y contribución
Al poco tiempo de conocer a Jaap y a la CNV, me embarqué en otro gran proyecto: Oihoy Casa Abierta. Oihoy nació del reconocimiento de mi necesidad de participación y contribución. Descubrir que Contribuir con el bienestar del otro es una necesidad propia me dio las fuerzas necesarias para tomar la decisión de abocarme de lleno en un proyecto de materialización de la versión del mundo que siempre soñé. Invité básicamente a todos mis amigxs y conocidxs a crear algo juntxs, reflexionando en grupo, sobre cual sería la mejor forma de colaborar entre nosotrxs y con el contexto social y medioambiental en el que nos encontrábamos, con las capacidades y conocimientos que teníamos.
De esas primeras reuniones amorfas y llenas de entusiasmo, se fue amasando la idea de un espacio de funcionamiento horizontal que sirviera de soporte a la manifestación de los deseos y sueños de emprendedores de todo tipo. Asi nació oihoy y así sigue viviendo al día de hoy. Pueden saber más sobre este proyecto en la página: www.oihoy.com.ar . Por supuesto los desafíos de la materialización muchas veces sacuden a la ingenuidad de los sueños, pero los sueños en este caso venían de la mano de una práctica activa con los principios de la CNV y la TA, y se vieron nutridos de un equipo de personas que se identificaron y se apropiaron de la gestión de Oihoy como proyecto de creación colectiva permanente.
2012. Mis primeros talleres abiertos de CNV
En el 2012 di mi primer taller introductorio de Comunicación no Violenta. Desde entonces he compartido más de 40 introducciones, tanto en el ámbito privado de Oihoy como en escuelas públicas o en grupos de trabajo de diferentes índoles, y he facilitado varios grupos de práctica. En los últimos años, algunos de estos grupos se transformaron en grupos de práctica estables desde donde ya empiezan a emerger nuevxs facilitadores llenos de entusiasmo y confianza. Compartir mi entendimiento de esta herramienta tan valiosa es una de las satisfacciones más grandes de mi vida.
2019. Alexander en acción y la dirección de ETABA
En el 2019 organizamos junto a Mariana di Paula, directora de la escuela de formación de Técnica Alexander Uruguay, un evento residencial en La Paloma, Uruguay, convocando a profesores de renombre internacional para una experiencia de la T.A aplicada a la acción: Correr, bailar, tareas cotidianas, coordinación rítmica y movimiento en general fueron los contextos en los que exploramos el uso que hacemos de nosotros mismos, y donde se llevó a cabo la segunda formación en sudamérica del «El arte de correr» con Malcolm Balk.
Este mismo año asumí la responsabilidad de dirigir la única escuela de formación de Técnica Alexander del país, a la cual pertenezco desde el 2006. El estreno de la dirección vino pronto acompañado de pandemia que desafió la gestión y la organización de la escuela, impulsandonos a estructuras y experiencias virtuales nunca antes imaginadas. Si bien fue un tiempo de arduo trabajo y gran aprendizaje, estuvimos más que felices de volver a la presencialidad cotidiana que requiere la formación. En el 2021 la escuela se mudó a Oihoy, y en ese proceso se integraron aún más todos mis intereses y mis proyectos. Estimulada por la ardua labor de cuidar de la escuela en pandemia, me acerqué a los nuevos paradigmas organizativos de la autogestión y la horizontalidad. Vengo estudiando sobre organizaciones TEAL, sociocracia, holacracia y autogestión, y aplicando poco a poco cambios estructurales en los grupos de los cuales formo parte. Curiosa de cómo se integrará este nuevo descubrimiento a la TA y a la CNV, me siento feliz de seguir encontrando intereses significativos y apasionantes a los cuales adentrarme a investigar. Espero no dejar la página abandonada por mucho tiempo, y seguir teniendo cosas para contar.